5 errores comunes que están cometiendo empresas con la Ley Antifraude

La Ley Antifraude está generando un cambio profundo en la forma en que las empresas, asesorías y autónomos gestionan su facturación. Si bien muchas organizaciones ya han oído hablar de la normativa, en la práctica, aún son demasiadas las que siguen cayendo en errores que podrían costarles tiempo, dinero y tranquilidad.

No es necesario entrar en pánico. Pero sí conviene actuar con cabeza. Porque aunque existan herramientas que facilitan el cumplimiento, como cualquier aplicación gratis para autónomos y empresas que se esté adaptando a lo que exige la ley,  la responsabilidad última sigue estando en manos de cada negocio.

Este artículo no busca asustar. Al contrario. Queremos ayudarte a identificar esos errores que, por descuido, rutina o desinformación, muchas empresas están cometiendo. Y lo mejor de todo: corregirlos a tiempo todavía es posible.

1. Creer que «esto no me afecta» porque eres una empresa pequeña  

Este es, quizá, el error más común y más peligroso. Muchas pequeñas empresas y personas autónomas piensan que la Ley Antifraude está dirigida únicamente a grandes corporaciones. Nada más lejos de la realidad.

La normativa no distingue por tamaño, sino por actividad. Si emites facturas a través de un sistema informático, debes cumplir con los requisitos técnicos establecidos por Hacienda. Y eso incluye a todas las empresas, independientemente de si tienen una facturación anual de 10.000 euros o de 10 millones.

Además, el uso obligatorio de software que garantice la integridad y trazabilidad de las facturas será un requisito para cualquier entidad, sea cual sea su volumen. No estar preparado, incluso siendo una microempresa, puede suponer sanciones graves o invalidación de documentos fiscales.

¿La clave? Asume que sí te afecta, y actúa en consecuencia. Mejor ahora, que cuando ya sea tarde.

2. Pensar que basta con tener un software de facturación cualquiera  

Otra idea equivocada muy extendida es asumir que por el simple hecho de usar un programa para emitir facturas, ya se está cumpliendo con la Ley Antifraude. Pero no todos los softwares sirven.

Lo que exige la normativa es que el sistema garantice que la factura no puede ser alterada una vez emitida, que registre los eventos relevantes (como modificaciones o cancelaciones), y que, si se desea, pueda enviar la información directamente a la Agencia Tributaria mediante el sistema Verifactu.*

Esto significa que muchos programas de facturación que han funcionado durante años podrían quedar obsoletos si no se actualizan o certifican. Y peor aún: su uso podría dar lugar a sanciones si se considera que permiten manipulación de los datos.

¿Qué hacer? Consulta con tu proveedor de software si están trabajando en la adaptación a la Ley Antifraude y pide confirmación clara de que cumplirán los requisitos antes de que se haga obligatorio.

3. Ignorar el papel de la asesoría y sobrecargarla de responsabilidad  

Muchas empresas están cometiendo el error de delegar completamente la responsabilidad del cumplimiento normativo en su asesoría fiscal o contable. Y aunque los despachos pueden y deben ser aliados fundamentales en este proceso, el cumplimiento técnico empieza en tu empresa, no en la suya.

La asesoría puede ayudarte a entender el contexto, interpretar los requerimientos y encontrar soluciones compatibles. Pero no puede garantizar que el sistema que usas para emitir facturas cumpla la ley, si tú no se lo comunicas, ni se encarga de revisar cómo trabajas a diario.

Además, si utilizas herramientas que no comparten bien los datos, o si hay fallos en la generación de facturas, el problema no será de tu asesoría. Será tuyo.

¿Consejo útil? Habla con tu asesoría, pero no le cargues todo el peso. Involúcrate, pregunta, comparte tus procesos. Este es un cambio que requiere colaboración, no delegación ciega.

4. Confiar en que «todavía queda mucho tiempo»  

Es verdad que la obligatoriedad plena del uso de sistemas adaptados a la Ley Antifraude será a partir de julio de 2026 para personas usuarias. Pero no por eso deberías dejar todo para el final.

Primero, porque el plazo para que los desarrolladores de software tengan sus sistemas listos y certificados termina en julio de 2025. Es decir, las empresas proveedoras ya están trabajando en ello.

Segundo, porque cuanto más te anticipes, más fácil será integrar cambios, formar al equipo, hacer pruebas y elegir la herramienta adecuada con calma. Esperar a última hora puede llevarte a tener que adoptar soluciones apresuradas o ineficaces.

Tercero, porque muchas ayudas o subvenciones públicas que exigen cumplimiento fiscal podrían exigir (o al menos valorar positivamente) el uso de sistemas Verifactu* antes de que sea obligatorio.

¿En resumen? Planifica como si el cambio fuera mañana. Tu tranquilidad futura empieza hoy.

5. No implicar al equipo que genera las facturas  

En muchas empresas, el cumplimiento de esta ley queda en manos de la dirección o del departamento financiero. Pero, en la práctica, son las personas que generan las facturas cada día quienes más necesitan saber cómo trabajar bajo el nuevo marco.

Y aquí no hablamos solo de usar un programa nuevo. Se trata de cambiar hábitos, como evitar duplicidades, cancelar facturas de forma indebida, o modificar documentos una vez emitidos. Con la Ley Antifraude, todo esto puede tener consecuencias.

Además, si el equipo no entiende por qué hay que trabajar de forma diferente, es probable que siga aplicando viejas costumbres… aunque el software ya esté actualizado.

¿Qué hacer? Forma al equipo. Explícales con claridad (y sin jerga legal) qué está cambiando y por qué. Un proceso de adaptación sin acompañamiento humano es un error seguro.

Conclusión: cumplir no es solo una obligación, es una oportunidad  

La Ley Antifraude no llega para complicarte la vida, aunque así lo parezca. Llega para poner orden, para crear transparencia, para dar a todos una base común sobre la que trabajar.

Sí, es exigente. Pero también es una ocasión para revisar cómo estás gestionando tu negocio, cómo colaboras con tu asesoría y qué herramientas estás utilizando para asegurar que tus procesos son limpios, seguros y sostenibles en el tiempo.

Si estás usando una aplicación gratis para autónomos y empresas, asegúrate de que se está adaptando a lo que exige la ley. Si trabajas con una asesoría, abre el diálogo y no lo dejes todo en sus manos. Y si aún no has hecho nada, empieza por lo básico: reconocer que esto te afecta, y que es mejor actuar con calma… que improvisar bajo presión.

Porque el mayor error, al final, es no hacer nada.

Ley Antifraude en cifras: Todo lo que se te viene encima si no actúas a tiempo

Lo que hasta hace poco parecía una normativa “más” está a punto de convertirse en una realidad con consecuencias tangibles. La Ley Antifraude y la implantación obligatoria del sistema Verifactu* ya no son temas lejanos. Están aquí, afectan directamente a empresas, autónomos, asesorías… y su incumplimiento puede salir muy caro. Literalmente.

Hoy más que nunca, es momento de revisar tus sistemas de facturación, preguntarte si cumplen con lo que exige Hacienda y tomar medidas antes de que el tiempo y las sanciones te pasen factura. Porque esto no va solo de actualizar un programa o subir un archivo XML: va de garantizar que tu negocio esté preparado para el control digital del futuro inmediato.

Y aunque herramientas como freeme —que tendrá integrado Verifactu*— pueden ayudarte, es importante entender que no son la solución completa: freeme no es un software contable, sino un sistema de gestión. Por lo tanto, aunque uses freeme, debes seguir contando con tu software contable y asegurarte de que ambas soluciones cumplen con la ley.

Desde ya, lo mínimo es una alerta: homologa tus facturas. Porque si no lo haces, esto es lo que se te viene encima.

¿Qué está cambiando exactamente?  

La Ley 11/2021, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, introduce un nuevo marco técnico para el proceso de facturación. Lo más relevante es que todos los sistemas informáticos de facturación deberán cumplir una serie de requisitos técnicos, orientados a evitar manipulaciones de datos y garantizar la trazabilidad de cada factura.

El corazón de este modelo es Verifactu*, un sistema que permitirá a los programas de facturación enviar las facturas directamente a la Agencia Tributaria, en tiempo real o de forma automatizada. Aunque esta conexión será voluntaria inicialmente, el uso de sistemas que generen facturas verificables, íntegras e inalterables será obligatorio a partir de enero de 2026.

Esto implica que cualquier software o plataforma que permita emitir facturas (incluso si no es un sistema contable como tal) debe estar adaptado a la ley. No se trata solo de contables: los sistemas de gestión, como freeme, también deben ajustarse.

Las cifras que nadie quiere ignorar  

Vamos a hablar claro. Aquí no hay margen para el “ya lo veré”. Porque no cumplir con la Ley Antifraude no es gratis. De hecho, es sorprendente cuántas asesorías, empresas y autónomos todavía no han hecho las cuentas.

Algunos números clave:

  • Sanciones por no usar un sistema adaptado: desde 50.000 € por ejercicio fiscal para empresas, hasta 150.000 € en caso de reincidencia o resistencia a corregir irregularidades.
  • Multas por manipular datos: hasta 1% de la cifra de negocio, si se detecta que el software permite alteraciones indebidas en facturas o libros contables.
  • Inspecciones con más frecuencia: el uso de un sistema no homologado incrementa el riesgo de ser seleccionado para inspección fiscal.
  • Pérdida de beneficios fiscales o subvenciones: en algunos sectores, el cumplimiento normativo es un requisito para acceder a ayudas, bonificaciones o contratos públicos.

Todo esto es real y no es exagerado. Lo que antes se podía “resolver” con una rectificación o un poco de suerte en una inspección, ahora se controla con sistemas automáticos. No hay margen de error.

“Pero si yo ya uso un programa…”  

Ese pensamiento es más común de lo que parece. Muchos negocios creen estar cubiertos porque usan una app, un ERP o un programa “de confianza”. Pero la realidad es que no todo software es válido bajo la nueva ley. Aunque funcione bien, si no cumple los requisitos técnicos de la Agencia Tributaria —como la no alterabilidad de los registros o la generación de eventos de trazabilidad—, no sirve.

Incluso plataformas modernas y bien diseñadas deben adaptarse. Freeme, por ejemplo, tendrá implementado Verifactu*, lo cual facilitará el cumplimiento para quienes ya lo utilizan. Sin embargo, no sustituye al software de contabilidad, ni reemplaza el trabajo de una asesoría.

Freeme te puede ayudar a facturar conforme a los estándares exigidos por la ley, pero la declaración de impuestos, los libros contables y los informes financieros seguirán requiriendo otro sistema y la supervisión profesional adecuada.

Lo que puedes perder por no actuar a tiempo  

Más allá de las cifras concretas de sanción, hay pérdidas más difíciles de cuantificar:

  • Tiempo: cuanto más tardes en adaptarte, más costoso y precipitado será el cambio. ¿Migrar datos, capacitar personal, adaptar procesos… todo en diciembre de 2025?
  • Credibilidad: si eres asesoría, un error en el cumplimiento puede dañar gravemente la confianza de tus clientes.
  • Visibilidad financiera: usar sistemas no adaptados te impide tener una visión clara de tu situación fiscal. Y eso, en una era de datos en tiempo real, es quedarte atrás.
  • Control del negocio: automatizar y estandarizar tu facturación también implica mejores decisiones, menos errores y más eficiencia. Ignorar esto es limitar tu crecimiento.

¿Y si empiezas por lo más básico?  

La adaptación puede parecer un mundo. Pero empezar es mucho más simple de lo que piensas.

Aquí van algunos pasos realistas:

  1. Haz un inventario de tus herramientas: ¿Qué usas para facturar? ¿Quién lo usa? ¿Está certificado o en proceso de adaptación a Verifactu*?
  2. Consulta con tu asesoría o proveedor de software: Pregunta de forma directa si tu sistema se ajusta a la Ley Antifraude. No des nada por hecho.
  3. Explora soluciones como freeme si aún no usas ninguna herramienta moderna. Es una opción sencilla, que se prepara para cumplir con la normativa y que puede complementar bien tu software contable.
  4. Forma a quienes generan facturas: A veces el problema no es el sistema, sino cómo se usa. Entender qué no se puede hacer con una factura será clave.
  5. No esperes a diciembre de 2025: Planifica. Revisa. Migra con calma. Capacita sin prisas. Hazlo ahora, y tu tú futuro se lo agradecerá.

Un futuro con menos sorpresas  

Este cambio legal puede vivirse como una amenaza o como una oportunidad. Cumplir no es solo evitar sanciones: es ordenar procesos, ganar transparencia y trabajar con más tranquilidad. El verdadero beneficio está en la previsión, en entender lo que viene y actuar con inteligencia.

Porque sí, puedes esperar. Pero cada semana que pasa sin revisar tu sistema, sin hablar con tu asesoría, sin tomar decisiones… te acerca más a pagar por no haber hecho nada.

Y eso es lo único que de verdad se puede evitar.

Conclusión: prevenir siempre será más rentable  

La Ley Antifraude no es solo un cambio normativo, es una señal de hacia dónde va la relación entre tecnología, fiscalidad y gestión empresarial. Ignorarla no es una opción. Postergarla, tampoco.

Homologa tus facturas. Comprueba que tu software cumple. Habla con quien te asesora. Toma decisiones con cabeza. Y si todavía no tienes claro por dónde empezar, hazlo simple: busca soluciones que se estén preparando (como freeme), mantén tu software contable actualizado y haz de la adaptación una ventaja, no una urgencia.

Porque lo que se viene encima no es el fin del mundo. Pero puede ser el fin de tu tranquilidad si no haces nada al respecto.

Veri*factu: Lo que toda asesoría debe saber antes de enero de 2026  

Mientras la mayoría de titulares digitales se centran en la inteligencia artificial o el crecimiento del e-commerce, algo importante se está cocinando en el ámbito fiscal: la entrada en vigor obligatoria del sistema Verifactu. Lo que podría parecer un cambio técnico más, en realidad representa una transformación profunda para las asesorías y las personas autónomas que confían en ellas.

Para quienes trabajan apoyando a profesionales y negocios en su día a día administrativo, enero de 2026 no puede tomarse a la ligera. La adaptación no solo es legalmente obligatoria; también es una oportunidad para repensar cómo prestamos servicios en un entorno cada vez más digitalizado.

Y mientras algunas asesorías exploran herramientas tradicionales, otras ya comienzan a evaluar opciones como freeme, una aplicación gratis para autónomos y empresas que busca facilitar la gestión sin reemplazar al software contable.

Lo que está en juego: mucho más que emitir facturas  

Puede parecer que Verifactu trata únicamente de cumplir con una nueva normativa técnica, pero en realidad plantea algo mucho más complejo: una nueva forma de entender la relación entre empresas, tecnología y administración tributaria.

El modelo que plantea la Agencia Tributaria exige transparencia desde el origen: desde el momento en que se genera una factura, debe quedar un rastro verificable, no alterable y sincronizable —ahora o en el futuro— con Hacienda.

Esto no solo transforma el software: transforma la dinámica entre asesoría y cliente. Ahora no basta con corregir errores al final del trimestre. El control empieza desde la emisión del documento. Y eso cambia las reglas del juego.

No se trata de digitalizar: se trata de anticiparse  

Muchas asesorías llevan años digitalizadas. Usan plataformas para presentar modelos, gestionar nóminas, almacenar información. Sin embargo, la digitalización no garantiza cumplimiento. No se trata de usar Excel en la nube o tener una app de facturación cualquiera.

Verifactu exige que el sistema desde el que se emite una factura cumpla con criterios técnicos concretos y certificados. Si una asesoría permite o facilita que su cliente facture con un sistema no homologado, indirectamente también se expone a riesgos.

Es por eso que conviene analizar detenidamente cada eslabón del proceso que toca al cliente: ¿Desde dónde genera sus facturas? ¿Ese sistema está adaptado o en vías de adaptación? ¿Sabe qué responsabilidades tiene? ¿Y tú, como asesoría, estás ofreciendo las herramientas adecuadas para facilitar ese cumplimiento?

Freeme: gestión sencilla, pero con los pies en la tierra  

Entre las soluciones que comienzan a destacarse por su cercanía y simplicidad, freeme está ganando atención. Se trata de una aplicación pensada para personas autónomas y microempresas que buscan gestionar su actividad sin complicaciones. Y aunque freeme no es un software contable (ni lo pretende), al ser un programa de gestión que emite facturas, también debe cumplir con la Ley Antifraude.

La incorporación futura de Verifactu en freeme será sin duda uno de sus valores añadidos. Pero es clave entender que freeme no sustituye la contabilidad formal ni la labor de una asesoría. No hace declaraciones, no analiza balances, no construye estrategias fiscales. Por eso, la alianza entre asesoría y herramienta debe ser complementaria, no competitiva.

Freeme puede ser una forma eficaz de ayudar a clientes a cumplir con la parte más operativa de su actividad, sin que pierdan el soporte experto que solo una asesoría puede ofrecer.

Cambiar el enfoque: del control al acompañamiento  

Este momento es ideal para que las asesorías replanteen su papel. Hasta ahora, muchos despachos han funcionado como solucionadores de errores: “tráeme tus papeles y yo arreglo los números”. Pero Verifactu* propone otra lógica: acompañar desde el inicio del proceso.

Ya no bastará con que los datos lleguen bien. Es necesario que se generen bien desde el primer momento. Esto implica un nuevo tipo de diálogo con el cliente: más constante, más didáctico, más centrado en la tecnología que está usando en su operativa diaria.

Las asesorías que mejor se adapten no serán las que más sepan sobre la ley, sino las que mejor sepan traducirla, aplicarla y acompañarla con herramientas reales.

¿Y si enero de 2026 fuera tu oportunidad para diferenciarte?  

No todas las asesorías aprovecharán este cambio como una palanca de valor. Algunas lo verán como una molestia, otras como una obligación. Pero quienes lo lean como una posibilidad de innovación en la relación con el cliente, marcarán una diferencia clara en el mercado.

¿Y si creas un programa de actualización interna con tus clientes más antiguos?
¿Y si integras una charla trimestral sobre tecnología fiscal en tus servicios?
¿Y si seleccionas plataformas de gestión como freeme para recomendarlas según el perfil de cada cliente?

La tecnología ya no es un lujo; es una extensión del servicio. Y ahora, más que nunca, el cliente valora que lo ayuden a entenderla sin complicaciones ni tecnicismos.

El riesgo no es solo legal: es reputacional  

Las sanciones por no cumplir con la Ley Antifraude no son simbólicas. Pero más allá del castigo económico, lo que preocupa es el daño reputacional.

Una asesoría que no oriente bien a sus clientes puede quedar expuesta, perder confianza y generar conflictos difíciles de gestionar. Lo contrario también es cierto: asesorías que lideren este proceso serán vistas como aliadas estratégicas, modernas y proactivas.

El cumplimiento deja de ser un mínimo. Se convierte en parte del valor diferencial.

En resumen: lo que toda asesoría debe preguntarse hoy  

  • ¿Conozco en profundidad qué implica Verifactu?
  • ¿He revisado si las herramientas que usan mis clientes cumplen con la Ley Antifraude?
  • ¿Sé cómo acompañar a un cliente que necesita adaptarse sin abrumarse?
  • ¿Estoy explorando opciones que me ayuden a mejorar mi propuesta de valor, como freeme?
  • ¿Estoy actuando hoy… o estoy esperando a que llegue el problema?

Conclusión: No se trata de software, se trata de confianza  

Enero de 2026 no es solo una fecha en el calendario. Es una línea divisoria entre una forma de hacer las cosas y otra. Las asesorías que estén preparadas no serán solo más competitivas: serán más útiles, más humanas y más confiables.

Y en un mundo donde la tecnología avanza rápido, eso —la confianza— es lo único que sigue siendo verdaderamente irremplazable.

Veri*factu será obligatorio: ¿Estás preparado para la Ley Antifraude?

En enero de 2026, todas las miradas del ecosistema fiscal y empresarial estarán puestas en una sola palabra: Veri*factu. Aunque suena técnico, su impacto será muy real y cercano para quienes facturan, asesoran o gestionan actividades económicas. La implementación obligatoria de este sistema forma parte de la lucha contra el fraude fiscal en España y exige una preparación activa, no solo por parte de las empresas, sino también de las asesorías que las acompañan.

En este nuevo escenario, el primer paso es comprender la urgencia de actuar. Si aún no te has detenido a revisar cómo se generan y transmiten tus facturas, este es el momento. Porque más allá del cumplimiento, hay una verdad simple: digitaliza y certifica tus facturas… o prepárate para enfrentar complicaciones que podrían haberse evitado con tiempo y guía.

¿Qué es exactamente Verifactu* y por qué cambia tanto las reglas?  

El sistema Verifactu* es una iniciativa de la Agencia Tributaria que establece cómo deben generarse, estructurarse y compartirse las facturas electrónicas para garantizar que no puedan ser manipuladas. No se trata de enviar más documentación, sino de emitir cada factura desde un sistema que garantice su integridad y trazabilidad desde el origen.

En otras palabras: Verifactu* no es solo una conexión con Hacienda. Es una forma completamente nueva de concebir el proceso de facturación, en la que cada sistema que la genera debe estar certificado, y cada factura, asegurada contra cualquier alteración o eliminación posterior.

Lo que antes podía “arreglarse al cierre del trimestre”, ahora debe estar correcto desde el primer clic.

¿A quién afecta realmente esta nueva obligación?  

Aunque el término Verifactu* suene lejano para quienes no están al día con la normativa fiscal, su impacto es directo y claro para:

  • Personas autónomas que emiten facturas desde herramientas digitales.
  • Empresas, sin importar su tamaño, que usan software de gestión o facturación.
  • Asesorías fiscales, contables o laborales que apoyan a otras personas o negocios.
  • Proveedores de software de gestión o contabilidad.

Una idea errónea muy común es pensar que esta obligación aplica solo a los programas de contabilidad. Pero no: todo software que emita facturas —aunque no haga cálculos contables— debe estar adaptado a la Ley Antifraude.

Por ejemplo, freeme, una solución cada vez más popular entre autónomos y pequeñas empresas, al ser un programa de gestión, también debe cumplir con esta ley. Y aunque aún no está activa su funcionalidad con Verifactu*, está previsto que se incorpore. Eso sí: como freeme no es un software contable, sus usuarios seguirán necesitando uno para presentar impuestos o gestionar balances.

No es solo un cambio técnico: es una nueva cultura de cumplimiento  

Este cambio normativo no va solo de tecnología. Va de cultura. Durante años, muchas personas emprendedoras, pymes e incluso asesorías han confiado en “soluciones intermedias”: programas sencillos, hojas de Excel, herramientas improvisadas. Pero ese margen se termina.

Con la llegada de Verifactu*, el cumplimiento fiscal empieza desde el primer dato que introduces al crear una factura. Y eso implica desarrollar una nueva relación con la tecnología, más consciente, más rigurosa y, sí, también más eficiente.

¿Qué significa “estar preparado”? Más allá del software

Prepararse para la Ley Antifraude va más allá de instalar un programa nuevo. Significa:

  • Revisar cómo se están generando actualmente las facturas.
    ¿Es un sistema compatible con la nueva normativa? ¿Puede conectarse con Verifactu*? ¿Garantiza integridad de datos?
  • Formar a las personas implicadas en el proceso.
    Muchas veces, el problema no es el software, sino que quien lo usa no conoce los riesgos de modificar facturas o saltarse pasos que afectan la trazabilidad.
  • Tener claro que ninguna app lo resuelve todo.
    Herramientas como freeme serán una gran ayuda, pero deben usarse en conjunto con un software contable y, sobre todo, con el acompañamiento de una asesoría que sepa leer entre líneas.
  • Adoptar un enfoque proactivo.
    Esperar a que la ley “se imponga” o que el proveedor de software “haga lo necesario” es una apuesta peligrosa. Las personas responsables del negocio deben liderar el proceso de cambio.

Freeme: un aliado en evolución  

Freeme es una de esas herramientas que nacen con el foco puesto en hacer la gestión más fácil para quienes trabajan por cuenta propia o tienen un pequeño equipo. Con una interfaz clara, sin complicaciones técnicas y con vocación de cercanía, promete ayudar a muchas personas usuarias a cumplir con la normativa de forma sencilla.

Eso sí: no lo confundas con un software contable. Freeme no sustituye la contabilidad oficial, ni genera declaraciones, ni reemplaza el trabajo de una asesoría. Pero puede ser una gran herramienta para quienes necesitan emitir facturas compatibles con la normativa y mantener su operativa diaria bajo control.

Y aunque aún no ha lanzado su integración con Verifactu*, está prevista su implementación, lo que lo convierte en una opción a tener en el radar si estás buscando digitalizar procesos de forma gradual y consciente.

Humanizar el proceso: una necesidad olvidada  

Uno de los grandes desafíos de esta transformación es la brecha emocional y tecnológica que existe entre la norma y la persona que la vive. Hay autónomos que no saben qué es un certificado digital. Empresas familiares que siguen usando papel para todo. Personas que trabajan desde casa y apenas tienen tiempo para revisar correos, mucho menos boletines del BOE.

Por eso, preparar a tus clientes o a tu propio equipo para Verifactu* implica también ser empático: traducir lo técnico a lenguaje humano, acompañar sin imponer, ofrecer soluciones sin generar miedo.

Porque el cumplimiento no debería sentirse como una amenaza, sino como una forma de trabajar más limpia, más previsible… y mucho más profesional.

Enero de 2026: más cerca de lo que parece  

Faltan meses, sí. Pero en términos de implementación, integración de sistemas, formación interna y transición cultural… el tiempo vuela. Y más cuando lo urgente suele comerse a lo importante.

No se trata de correr, pero sí de empezar. Reunirte con tu asesoría. Revisar el sistema que usas. Preguntar si tu software actual está certificado o en proceso de estarlo. Explorar opciones como freeme si estás empezando desde cero. Y sobre todo, asumir que este cambio es inevitable… y puede ser positivo.

Conclusión: cumplir con la Ley Antifraude es más que una obligación  

Verifactu será obligatorio, sí. Pero cumplir no debería vivirse solo como un deber. Puede ser el punto de partida para construir procesos más claros, relaciones más transparentes y una estructura más sólida para cualquier actividad económica.

No se trata de volverse experta o experto en normativa fiscal. Se trata de digitalizar y certificar tus facturas con criterio, con acompañamiento y con la tranquilidad de que estás haciendo las cosas bien.

La tecnología es solo una herramienta. La diferencia la hace cómo la usamos… y con quién nos apoyamos en el camino.

¿Qué es Veri*factu y por qué cambiará la forma de facturar en España?

Desde hace meses se viene hablando sobre Verifactu* y su estrecha relación con la nueva normativa antifraude en España. Y aunque para muchas personas el tema puede sonar lejano o técnico, lo cierto es que su impacto será directo en la forma en la que se emiten y gestionan las facturas.

Si todavía no has comenzado a prepararte, este es el momento. Homologa tus facturas, revisa tus procesos y asegúrate de que tu empresa cumple con los nuevos requisitos, porque el cambio ya está en marcha.

¿Qué es Veri*factu y por qué se vuelve obligatorio?  

Veri*factu es el sistema que ha impulsado la Agencia Tributaria (AEAT) como parte de su estrategia para combatir el fraude fiscal. Su nombre viene de “verificación de facturas”, y su objetivo es claro: garantizar que todas las facturas emitidas por empresas y autónomos sean auténticas, íntegras e inalterables.

A través de este sistema, las facturas generadas deberán estar listas para ser remitidas a Hacienda casi en tiempo real, ya sea de forma automática o manual. Esto implica una trazabilidad total y una transparencia que, hasta ahora, no era exigida de forma tan directa en los procesos de facturación.

La Ley 11/2021, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, establece la obligatoriedad de usar un software que garantice estas condiciones técnicas. En otras palabras: el sistema que uses para facturar tendrá que estar homologado conforme a los requisitos de Veri*factu. Y si bien aún no se ha concretado la fecha definitiva de entrada en vigor obligatoria para todas las empresas, ya hay desarrollos en marcha que permiten ir adaptándose de forma progresiva.

¿A quién afecta esta nueva obligación?  

No se trata solo de grandes compañías. La ley afecta a todas las personas físicas o jurídicas que desarrollen una actividad económica y estén obligadas a llevar libros de registro conforme a la normativa tributaria. Es decir: si eres autónomo o gestionas una pyme, esta ley también es para ti.

Y no basta con “tener un software de facturación”. Ese software debe cumplir con los criterios técnicos que marca la AEAT: inalterabilidad, trazabilidad, generación de un registro de eventos, y capacidad para conectarse con Hacienda a través de Veri*factu. No adaptarse puede implicar sanciones económicas importantes y dificultades operativas.

Freeme y su adaptación a Veri*factu  

En este contexto, Freeme se posiciona como una herramienta especialmente útil. Aunque no es un software de contabilidad, sí es un programa de gestión que debe cumplir con la Ley Antifraude. Por ello, tendrá implementado el sistema Veri*factu para facilitar el cumplimiento normativo desde su entorno.

Esto es clave: Freeme facilitará la emisión de facturas conforme a Veri*factu, pero no sustituye a tu software contable. La gestión contable seguirá siendo necesaria, y debe mantenerse integrada con un software que también cumpla con la ley.

Para muchas personas usuarias de Freeme, esta distinción es importante. El hecho de que la herramienta implemente Veri*factu ayudará a simplificar procesos, pero no exime de contar con una solución contable adecuada. Es más bien una pieza adicional, una que puede marcar una gran diferencia a la hora de mantenerse al día con la legalidad sin fricciones.

¿Qué implica “homologar tus facturas”?  

Uno de los conceptos que más se repite en este contexto es “homologa tus facturas”. ¿Qué significa realmente?

Homologar facturas implica asegurarse de que el sistema que estás usando para emitirlas cumple con los requisitos técnicos establecidos por la AEAT. Esto incluye, entre otros elementos:

  • La imposibilidad de alterar o eliminar una factura ya emitida.
  • La generación automática de un registro de eventos que refleje cualquier cambio o movimiento.
  • La posibilidad de enviar esa factura a Hacienda a través de Veri*factu.
  • La firma electrónica de cada factura para asegurar su integridad.

Esto quiere decir que, aunque estés usando un sistema propio o uno externo, tendrás que asegurarte de que ha sido actualizado o diseñado específicamente para cumplir con esta nueva regulación. En caso contrario, estarás en incumplimiento, aunque estés facturando regularmente.

Los riesgos de no adaptarse  

Uno de los errores más comunes cuando se implementan nuevas regulaciones es pensar que «todavía hay tiempo». Pero cuando se trata de cambios técnicos, las adaptaciones pueden tardar semanas o incluso meses. Esperar al último momento puede traer consecuencias como:

  • Multas y sanciones: La Ley Antifraude establece sanciones de hasta 50.000 € por el uso de software que no cumple con los requisitos de inalterabilidad o que permite manipular facturas.
  • Pérdida de información: Si no haces una migración adecuada, puedes perder datos valiosos o encontrarte con incompatibilidades.
  • Dificultades operativas: Los errores en la facturación pueden afectar tu relación con clientes, proveedores y Hacienda.

Por eso, más allá de una obligación legal, adaptarte a Veri*factu es también una forma de proteger tu negocio.

Cómo prepararte paso a paso  

Aunque el cambio puede parecer complejo al principio, dar los pasos correctos puede ayudarte a implementar el sistema con mayor tranquilidad. Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas:

  1. Revisa tu software actual: Verifica si el programa que utilizas para facturar está preparado para integrar Veri*factu o si necesitarás cambiarlo o complementarlo.
  2. Consulta con tu asesoría o gestoría: Ellos pueden ayudarte a entender cómo afecta la ley a tu situación concreta y qué soluciones se adaptan mejor a tu actividad.
  3. No descuides tu software contable: Recuerda que Freeme no lo sustituye. Necesitarás mantener una solución contable que también cumpla con la normativa.
  4. Solicita información oficial: Recurre a fuentes como la AEAT, o a desarrolladores que estén certificados o en proceso de homologación.
  5. Forma a tu equipo: Si tienes personas empleadas, asegúrate de que comprendan los nuevos procesos y sepan cómo usar correctamente las herramientas.

Un cambio que puede traer mejoras  

Aunque las obligaciones legales pueden parecer un lastre, también es justo reconocer que muchas veces impulsan mejoras reales en la gestión empresarial. Con Veri*factu se gana transparencia, se evitan fraudes y se fortalecen los procesos de control. Además, contar con herramientas como Freeme que se adelantan a estos requerimientos es una ventaja competitiva.

Y aunque por ahora no se han compartido detalles sobre la funcionalidad específica de Freeme con Veri*factu, todo indica que será una implementación que ayudará mucho a las empresas a adaptarse sin fricciones innecesarias.

Empresas y Asesorías: El reloj corre para cumplir con la ley antifraude

La Ley Antifraude ha dejado de ser una sombra lejana para convertirse en una realidad inminente que cambiará la forma en la que empresas, asesorías y autónomos gestionan su facturación. Para muchas personas trabajadoras independientes, el uso de una APP para autónomos ya no es solo una cuestión de comodidad o eficiencia, sino una necesidad para adaptarse a los nuevos requerimientos legales.

A medida que se acerca la fecha límite para la entrada en vigor del sistema Verifactu, son muchas las dudas, los temores… y las decisiones que se deben tomar cuanto antes.

¿Qué exige la Ley Antifraude realmente?

En esencia, la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal obliga a que los sistemas informáticos utilizados para la gestión de facturas sean capaces de garantizar la integridad, conservación, trazabilidad y no alterabilidad de los datos registrados.

Lo que significa, en la práctica, que cualquier empresa, asesoría o persona autónoma que utilice un sistema de gestión o facturación —aunque no sea estrictamente un software contable— debe asegurarse de que cumple con los requisitos técnicos establecidos por la Agencia Tributaria. Esto incluye que dicho software esté debidamente homologado y preparado para integrarse con Verifactu.

Y aquí es donde se encienden las alarmas.

El papel de las asesorías: más necesario que nunca

Si bien muchas pequeñas empresas ya trabajan con asesorías para llevar la contabilidad o la presentación de impuestos, ahora el acompañamiento profesional cobra todavía más peso. Porque no se trata solo de presentar bien los números, sino de hacerlo con herramientas que cumplan con la normativa… sin perder el ritmo del negocio.

Las asesorías se enfrentan a un doble reto: por un lado, deben actualizar sus propios procesos para estar en conformidad con la Ley Antifraude, y por otro, tienen la responsabilidad de guiar a sus clientes —muchas veces confundidos por la complejidad del tema— hacia una transición segura y eficiente.

Es aquí donde entra el papel de las plataformas y herramientas que facilitan este proceso. Porque no basta con tener un software de contabilidad; también hay que asegurarse de que los programas de gestión y facturación estén a la altura del nuevo marco legal.

Freeme y Verifactu: una opción adaptada, pero no lo es todo

Uno de los casos que ilustra este cambio es freeme, un software de gestión diseñado especialmente para personas autónomas y pequeñas empresas. Aunque freeme no es un software contable, sí se considera un sistema de gestión, y por tanto, está obligado a cumplir con la Ley Antifraude.

La buena noticia es que freeme está preparando la implementación de Verifactu para facilitar el cumplimiento de esta ley. Esto permitirá que, una vez disponible, quienes usen la plataforma puedan facturar de manera compatible con los requerimientos de la Agencia Tributaria.

Ahora bien, es importante entender que, aunque se implemente Verifactu en freeme, eso no significa que ya no sea necesario contar con un sistema de contabilidad como tal. Ambas herramientas cumplen funciones distintas y complementarias.

Y esto es clave: muchas personas usuarias, al escuchar que una plataforma implementará Verifactu, pueden pensar que ya están cubiertas en todos los aspectos, pero no es así. Necesitarán seguir contando con un software contable o una asesoría que se encargue de la parte tributaria más formal.

No esperes a última hora: tu negocio podría quedar expuesto

La Ley Antifraude no solo pone en juego multas importantes para quienes no la cumplan, sino que además implica un cambio de mentalidad y de hábitos en el día a día de la gestión empresarial.

Las empresas y asesorías que ya estén actualizando sus sistemas contarán con una ventaja competitiva clara: mayor agilidad, menos riesgos y una imagen de cumplimiento y profesionalismo frente a clientes, proveedores y autoridades.

En cambio, quienes posterguen esta transición corren el riesgo de quedarse atrás. No es solo una cuestión técnica: se trata de confianza, de imagen, de seguridad legal y financiera.

¿Qué se puede hacer desde hoy? Algunas recomendaciones humanas y prácticas

  1. No te asustes, pero infórmate bien.
    La ley puede sonar abrumadora, pero con una buena guía, es posible adaptarse sin traumas. Busca fuentes fiables, habla con tu asesoría, investiga qué herramientas utilizas actualmente y cuáles deben actualizarse.
  2. Identifica todos los sistemas de gestión que usas.
    Aunque no tengas un software contable como tal, si utilizas plataformas para emitir facturas, llevar inventarios o gestionar pagos, esas herramientas deben ser compatibles con la normativa. Asegúrate de que tengan previsto incorporar Verifactu o algún sistema equivalente.
  3. Consulta con tu asesoría o contadora.
    Si trabajas con una asesoría externa, ahora es el momento de tener una conversación directa sobre esta transición. Pregunta qué soluciones te recomiendan, cómo pueden ayudarte y si ellos también están adaptando sus sistemas.
  4. Evita soluciones milagro o parches temporales.
    Algunas plataformas pueden ofrecerte “cumplimiento” con Verifactu sin estar realmente homologadas o certificadas. Desconfía de las promesas demasiado buenas para ser verdad. Elige soluciones con respaldo, como freeme, que trabajan por adaptarse correctament.
  5. Recuerda que cumplir no es solo evitar multas.
    Implementar herramientas adecuadas no solo es una obligación: también puede ser una oportunidad para mejorar tus procesos, ahorrar tiempo y tener un control más claro de tu actividad económica.

Una oportunidad para profesionalizarse y crecer

En medio de las prisas, los cambios legales y las nuevas tecnologías, es fácil perder de vista lo más importante: este momento también es una oportunidad para mejorar.

Sí, adaptarse puede ser incómodo. Pero también es el paso que muchas personas y negocios necesitaban para modernizar sus herramientas, automatizar procesos, y tener más claridad sobre su actividad económica.

El cumplimiento con la Ley Antifraude no debería verse solo como una carga. Es una invitación a profesionalizarse, a ganar tiempo y a construir una relación más transparente con la administración y con quienes confían en nuestros servicios.

Conclusión: el reloj corre, pero todavía puedes tomar buenas decisiones

La entrada en vigor de la Ley Antifraude y el uso obligatorio de herramientas compatibles con Verifactu no es una opción: es una obligación que afecta tanto a empresas como a asesorías y personas autónomas.

Pero no estás sola, no estás solo. Plataformas como freeme, asesorías especializadas y nuevas herramientas tecnológicas están aquí para ayudarte a dar el paso con confianza.

Elige con cabeza. Actúa con tiempo. Y haz que este cambio sea una oportunidad de mejora, no una fuente de estrés.

Porque el reloj corre… pero aún estás a tiempo.

¿Qué hacer si pierdes una factura importante? Así puede ayudarte Freeme

Perder una factura importante puede parecer una molestia sin importancia… hasta que necesitas justificar un gasto ante Hacienda, presentar una declaración trimestral o responder a una inspección. Ya sea por un error humano, un fallo informático o simplemente por desorganización, extraviar un comprobante puede tener consecuencias. La buena noticia es que hoy existen soluciones para evitar este tipo de situaciones. Si quieres prevenirlas, homologa tus facturas con plataformas como Freeme, que permiten centralizar y proteger tu información contable de forma segura.

En este artículo te explicamos qué hacer si ya has perdido una factura importante, cómo puedes evitar que vuelva a pasar y cómo Freeme puede convertirse en tu mejor aliado para mantenerlo todo en orden.

¿Por qué una sola factura puede marcar la diferencia?  

En el contexto empresarial o profesional, cada factura es una prueba de gasto o ingreso. Sirve para justificar operaciones ante la Agencia Tributaria, deducir el IVA correspondiente, cuadrar balances o presentar declaraciones. Si falta una factura, te enfrentas a:

  • Dificultades para deducir un gasto.
  • Inconsistencias contables.
  • Posibles sanciones en caso de inspección.

Y aunque puedas intentar justificar ciertos movimientos de otra manera, no tener el comprobante original suele ser un problema, especialmente si Hacienda solicita documentación específica.

¿Qué puedes hacer si has perdido una factura?  

1. Contactar con la empresa emisora  

Si tienes claro quién emitió la factura, lo más sencillo es pedir una copia. Muchas empresas pueden reenviártela en PDF o incluso en formato Facturae (obligatorio para facturación electrónica con la Administración Pública). Eso sí, es posible que haya plazos o políticas internas que limiten esta opción.

2. Buscar en tus respaldos digitales o físicos  

Revisa tu correo electrónico, discos duros, carpetas físicas o incluso programas de contabilidad. A veces la factura no está realmente perdida, sino mal archivada. El problema, claro, es cuando no sabes ni por dónde empezar.

3. Verificar si está en el sistema de facturación de tu asesoría  

Si trabajas con una gestoría o asesoría fiscal, puede que tengan acceso a tus facturas. Muchos despachos almacenan copias para facilitar la presentación de impuestos. Aun así, no siempre cuentan con toda la documentación si no les fue entregada.

4. Evaluar las consecuencias contables y fiscales  

Dependiendo de la relevancia de la factura y del período al que corresponde, conviene consultar con un asesor o contable. A veces es posible hacer ajustes o encontrar soluciones que minimicen el impacto fiscal.

La mejor solución: evitar que vuelva a pasar  

Pasar por la pérdida de una factura importante es una llamada de atención. La gestión documental no puede depender de la memoria o del azar. Por eso, muchas empresas y profesionales en España han migrado ya a sistemas de almacenamiento en la nube. Y aquí es donde Freeme entra en juego.

Freeme: tu facturación, centralizada, segura y siempre accesible  

Freeme es una solución diseñada para que tanto autónomos como empresas puedan gestionar todas sus facturas —emitidas y recibidas— desde un solo lugar. No solo se trata de almacenar archivos, sino de tener control, trazabilidad y respaldo.

¿Cómo te ayuda Freeme si pierdes una factura?  

  • Centraliza toda tu facturación
    No importa cuántos proveedores tengas o si trabajas con varios sistemas de gestión. Con Freeme puedes tenerlo todo en un único entorno seguro y accesible.
  • Recuperación inmediata
    Si necesitas una factura, solo tienes que buscar por fecha, concepto o proveedor. Evitas perder tiempo revisando correos o carpetas.
  • Respaldo automático en la nube
    Tus facturas están almacenadas de forma cifrada y segura en servidores europeos, cumpliendo con el RGPD y garantizando integridad de los datos.
  • Control y seguimiento inteligente
    Freeme te avisa si hay duplicidades, inconsistencias o facturas pendientes. También puedes generar informes, filtrar por categorías o preparar tu contabilidad fácilmente.

Homologa tus facturas y evita errores futuros  

Uno de los grandes puntos fuertes de Freeme es que homologa tus facturas, es decir, compara los registros de facturas con los datos de tus proveedores, sistemas contables o tu gestoría para detectar errores o faltantes. ¿Cuántas veces se ha colado una factura duplicada? ¿O una factura sin IVA mal aplicada? La homologación automática te evita sorpresas desagradables y asegura que todo esté listo para tus declaraciones trimestrales o anuales.

¿Y si tienes una empresa? Las ventajas se multiplican  

En el entorno empresarial, gestionar cientos o miles de facturas cada mes sin una herramienta adecuada es un riesgo innecesario. Con Freeme puedes:

  • Automatizar la recepción de facturas
    Olvídate de perseguir proveedores. Freeme puede integrarse con tu correo o tus sistemas de compra para capturar todas las facturas automáticamente.
  • Facilitar auditorías o inspecciones
    Si Hacienda solicita documentación, puedes generar un informe con los documentos correspondientes en segundos.
  • Evitar pérdidas económicas
    Cada factura perdida puede suponer la pérdida de una deducción. Con Freeme te aseguras de que todas estén registradas correctamente y listas para su uso fiscal.

Tranquilidad digital, tranquilidad fiscal  

Más allá de lo técnico, el valor real de una herramienta como Freeme es la tranquilidad. Saber que tus facturas están seguras, accesibles y organizadas no solo te ayuda a cumplir con Hacienda, también te libera mentalmente para centrarte en tu trabajo o en tu negocio.

Perder una factura ya no debería ser un problema. Ni siquiera debería ser una posibilidad.

Protege hoy lo que necesitarás mañana  

Una factura puede parecer algo insignificante… hasta que deja de estar disponible. Pero ahora, con herramientas como Freeme, la solución está literalmente al alcance de tu mano. No dejes que un error de archivo se convierta en una sanción. Homologa tus facturas, centralízalas en la nube y mantén tu contabilidad siempre bajo control.¿Estás listo para decir adiós a las facturas perdidas? Empieza hoy con Freeme. Porque tu tiempo vale más que una búsqueda interminable.

Digitalizar tus tickets: el hábito que te ahorra horas al cierre de trimestre

¿Te ha pasado alguna vez que llega el final del trimestre y te encuentras con una montaña de tickets arrugados, algunos ya ilegibles, y con la sensación de que podrías haberlo hecho mejor? No estás solo. Muchas personas autónomas y responsables de pequeñas empresas lidian cada tres meses con esta misma situación. Pero hay una solución práctica y muy sencilla: convertir en hábito la digitalización diaria de los tickets.

Si estás buscando una aplicación gratis para autónomos y empresas que te ayude a mantener tus tickets organizados desde el momento en que haces una compra, estás en el camino correcto. Más que una herramienta tecnológica, se trata de adquirir una rutina que puede cambiar por completo tu relación con la contabilidad y el cierre de trimestre.

El caos de los tickets físicos: un problema más común de lo que parece  

Aunque cada vez más procesos se han digitalizado, los tickets físicos siguen apareciendo en nuestro día a día: el café con una persona clienta, la comida de trabajo, una compra en una ferretería, el taxi al aeropuerto… y ahí están, esos pequeños papeles que parecen inofensivos pero que, si no se gestionan bien, pueden convertirse en un quebradero de cabeza.

No es solo el desorden. Es la pérdida de justificantes, el deterioro por el tiempo o el simple olvido de su existencia. Y al cierre de trimestre, cuando toca rendir cuentas, aparecen los problemas: gastos no registrados, errores en la contabilidad o incluso posibles deducciones fiscales que se pierden por no tener el soporte adecuado.

Digitalizar como hábito, no como obligación  

La clave está en cambiar la forma en la que vemos la gestión de tickets. Si se concibe como una tarea más del cierre trimestral, es natural que se acumule y se vuelva pesada. Pero si lo convertimos en un pequeño gesto cotidiano, se transforma en una tarea casi automática y sin carga emocional.

Tomarte 15 segundos después de cada gasto para sacar el móvil, abrir una app y escanear el ticket es tan sencillo como guardar el recibo en la cartera. La diferencia está en lo que ocurre después: el ticket ya está organizado, respaldado en la nube, clasificado por fecha, proveedor y categoría. Ya no depende de tu memoria ni de tu archivo físico.

Este pequeño cambio de mentalidad puede ahorrarte horas y horas al final del trimestre.

Tecnología al servicio del orden  

Hay muchas soluciones tecnológicas que permiten digitalizar tickets fácilmente. Algunas incluso están diseñadas específicamente para quienes trabajan de forma autónoma o gestionan pequeñas empresas. La mayoría cuentan con funcionalidades como:

  • Escaneo automático con reconocimiento de texto (OCR)
  • Clasificación por tipo de gasto o cliente/proveedor
  • Generación de informes automáticos
  • Sincronización con herramientas de facturación o contabilidad
  • Almacenamiento en la nube con acceso seguro

Y sí, también hay más de una aplicación gratis para autónomos y empresas que ofrece todas estas funciones sin coste, al menos en su versión básica. Lo importante es encontrar la que mejor se adapte a tu día a día.

Cómo empezar: crear un ritual sencillo y efectivo  

Adoptar el hábito de digitalizar tickets no requiere grandes esfuerzos, solo constancia. Aquí te compartimos una rutina muy simple que puede ayudarte:

  1. Acto seguido al gasto, escanea. No lo dejes para después. Hazlo en el momento. Al salir del comercio, antes de subirte al coche, mientras esperas el cambio.
  2. Crea categorías básicas. No necesitas complicarte. Con tener “transporte”, “alimentación”, “materiales” y “servicios”, puedes empezar.
  3. Establece una revisión semanal. Dedica 10 minutos los viernes a revisar que todo esté cargado y bien etiquetado.
  4. Haz una copia de seguridad automática. Asegúrate de que los datos están respaldados en la nube para evitar pérdidas.

Beneficios que vas a notar desde el primer mes  

Cambiar un hábito cuesta, pero los beneficios llegan rápido. Aquí algunos de los más evidentes:

  • Menos estrés en los cierres. Nada de buscar papeles o tickets ilegibles a última hora.
  • Más claridad en tus finanzas. Ver en tiempo real tus gastos categorizados ayuda a tomar mejores decisiones.
  • Mayor cumplimiento fiscal. Al tener todo registrado, es más fácil justificar los gastos y evitar errores ante Hacienda.
  • Ahorro de tiempo. Lo que antes te llevaba varias horas cada trimestre, ahora se convierte en minutos diarios.

Y, lo más importante, ganarás tranquilidad. Porque sabes que estás gestionando tu actividad de forma profesional, aunque seas una sola persona manejando muchas tareas a la vez.

La excusa de “no tengo tiempo” ya no aplica  

Muchas veces nos decimos que no tenemos tiempo para estas cosas, que ya lo haremos después. Pero la verdad es que escanear un ticket no te lleva más que lo que tardas en enviar un mensaje de texto. La clave está en hacerlo parte de tu rutina, como lavarte los dientes o revisar tu correo.

Además, las aplicaciones están pensadas para ser intuitivas. Algunas incluso reconocen los datos automáticamente, te proponen categorías y te notifican si olvidas cargar gastos durante varios días. Es decir, no estás solo ni sola: la tecnología te acompaña.

¿Y si ya tengo una contabilidad externa?  

Si trabajas con una persona contadora o una gestoría, digitalizar tus tickets sigue siendo muy útil. Al tener todo escaneado y ordenado, puedes compartir la información de forma inmediata y evitar ese cruce eterno de correos con fotos mal tomadas, listas en Excel o documentos sueltos.

De hecho, muchas asesorías ya trabajan con plataformas conectadas, por lo que al escanear un ticket, este aparece automáticamente en su sistema. Así todos ganan: tú, tu gestoría, y tu tiempo.

Un pequeño hábito, un gran cambio  

Digitalizar tickets puede parecer un detalle menor, pero en realidad es un gesto que tiene impacto directo en tu organización, tu tiempo y tu tranquilidad. Adoptar este hábito te prepara para los cierres de trimestre sin prisas ni sorpresas, y te permite enfocarte en lo que realmente importa: hacer crecer tu proyecto.Y si estás comenzando o aún no has probado una herramienta de este tipo, recuerda que existe más de una aplicación gratis para autónomos y empresas diseñada para facilitarte este proceso. No tienes que hacerlo solo. Solo tienes que empezar.

¿Qué es la homologación de la AEAT y por qué deberías usar una app que la tenga?  

Cuando se es autónomo, cada decisión cuenta: desde cómo gestionar los gastos hasta qué herramienta usar para llevar el control de las facturas. En medio de tanto papeleo y normativas cambiantes, contar con una APP para autónomos que esté homologada por la Agencia Tributaria (AEAT) no solo es un alivio, sino una garantía. Pero, ¿qué significa exactamente que una aplicación esté homologada por la AEAT? ¿Y por qué deberías prestarle atención?

A continuación, te explicamos qué implica esta homologación, por qué es importante para quienes trabajan por cuenta propia y cómo plataformas como Freeme aseguran tu cumplimiento legal sin complicaciones.

¿Qué significa estar homologado por la AEAT?  

Cuando una app o plataforma digital dice estar homologada por la AEAT, quiere decir que ha pasado por un proceso de revisión y aprobación por parte de la Agencia Estatal de Administración Tributaria. Este proceso certifica que la herramienta cumple con los estándares técnicos, legales y de seguridad necesarios para generar, almacenar y enviar documentos fiscales como facturas electrónicas o libros contables de acuerdo con la normativa vigente.

No se trata de una simple etiqueta decorativa. Es una acreditación formal que permite a la app operar como intermediaria válida ante la administración tributaria. En otras palabras, si usas una app homologada, tus documentos digitales tienen validez legal inmediata, y cualquier gestión fiscal hecha a través de ella puede considerarse oficial.

¿Por qué es importante esta homologación?  

Ser autónomo o gestionar una pequeña empresa conlleva obligaciones fiscales concretas: declarar ingresos, emitir facturas legales, presentar modelos tributarios, entre otros. Hacer esto de forma manual o con sistemas no certificados puede llevar a errores, sanciones o incluso a la invalidez de tus documentos.

Estas son algunas razones por las que la homologación marca una gran diferencia:

  • Validez ante la AEAT: los documentos generados tienen respaldo legal.
  • Ahorro de tiempo: se evitan procesos duplicados o correcciones posteriores.
  • Menos margen de error: la app ya está configurada para cumplir con la normativa.
  • Seguridad jurídica: ante una inspección, tendrás tranquilidad de que tus registros están en regla.

Y no menos importante: al usar una herramienta homologada, tu documentación fiscal se presenta de manera automatizada y sin errores técnicos, lo que reduce considerablemente los dolores de cabeza.

¿Cómo saber si una app está homologada?  

La AEAT publica regularmente listas de aplicaciones homologadas para distintos servicios: envío de facturas electrónicas, llevanza de libros registro del IVA, validación de NIFs, entre otros. Sin embargo, como usuario o usuaria, no siempre tienes que ir a revisar estos listados.

Una señal clara de que estás frente a una app homologada es que esta lo comunica abiertamente en su sitio web o en sus materiales de confianza. Lo importante es asegurarse de que no se trata de una simple promesa comercial, sino de una certificación formal emitida por la Agencia.

Además, las apps homologadas suelen integrar medidas adicionales como el sello de tiempo, almacenamiento seguro y trazabilidad de cada documento, lo que facilita su verificación ante terceros o instituciones.

Freeme y su compromiso con la legalidad  

Freeme es una app diseñada para acompañar a autónomos y pequeñas empresas en la gestión fiscal de su día a día. Pero lo que realmente la diferencia es que cuenta con la homologación oficial de la AEAT, lo que significa que todo lo que hagas en la plataforma cumple con los requisitos legales exigidos por Hacienda.

Esto es lo que Freeme te garantiza:

  • Digitalización certificada: cada factura digitalizada queda validada con respaldo legal.
  • Organización automática: los documentos se archivan cumpliendo los criterios de la Agencia Tributaria.
  • Cumplimiento normativo continuo: no tienes que preocuparte por cambios legislativos, la app se actualiza para ti.
  • Protección y privacidad: la información financiera y personal se trata con altos estándares de seguridad.

En resumen, Freeme no solo te facilita la vida, también te protege.

Lo que gana una persona autónoma al usar una app homologada  

Imagina por un momento que estás enfrentando una revisión por parte de la AEAT. Lo último que querrías es tener que justificar tus facturas una por una o descubrir que algunos de tus documentos no tienen validez porque fueron creados con una herramienta no certificada.

Con una app como Freeme, eso no pasa. Desde el momento en que subes una factura o generas un documento, puedes estar tranquilo o tranquila sabiendo que cumple con la normativa fiscal.

Además, puedes centrarte en lo que realmente importa: tus clientes, tus productos, tu crecimiento. Y no en gestionar montañas de papeles o pelearte con formularios complicados.

¿Qué pasa si no usas una app homologada?  

Puede que no se note de inmediato, pero usar una app no homologada es como construir una casa sin planos. Quizá funcione durante un tiempo, pero si alguien inspecciona, las grietas aparecen.

Entre los riesgos más comunes están:

  • Invalidez de documentos: facturas que no son aceptadas como válidas.
  • Sanciones económicas: por errores o incumplimientos.
  • Mayor carga administrativa: tener que rehacer procesos que ya dabas por cerrados.
  • Pérdida de confianza: ante clientes o entidades financieras.

Por eso, elegir bien la herramienta con la que trabajas no es un detalle menor: es una decisión estratégica.

Elige seguridad, elige tranquilidad  

La homologación de la AEAT no es solo una cuestión técnica, es una forma de cuidarte. Como autónomo o pequeña empresa, necesitas herramientas que estén de tu lado, que te protejan y que simplifiquen tu trabajo. Usar una APP para autónomos homologada es una inversión en seguridad, profesionalismo y paz mental.

Freeme no solo te ofrece una interfaz intuitiva y una solución digital fácil de usar. Te ofrece algo aún más valioso: la certeza de estar cumpliendo con la ley sin complicarte la vida.¿Quieres empezar a trabajar sin miedo a las inspecciones, sin perder tiempo y con el respaldo de la Agencia Tributaria? Entonces ya sabes qué buscar: una app homologada. Y Freeme está lista para ayudarte.

Digitalización de facturas y tickets: El futuro de los despachos contables

Vivimos en un mundo en el que la eficiencia se ha convertido en un diferenciador clave para cualquier empresa, y los despachos contables no son la excepción. En este contexto, la transformación digital ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Frases como «digitaliza y certifica tus facturas« se han convertido en parte del nuevo vocabulario profesional, marcando una pauta clara hacia la automatización y optimización de procesos que, hasta hace pocos años, eran totalmente manuales.

Hoy, la digitalización de facturas y tickets no es solo una herramienta tecnológica: es una respuesta directa a la demanda de mayor precisión, control y agilidad en la gestión contable.

El adiós al papel: una transición inevitable  

Durante décadas, la imagen tradicional de un despacho contable estuvo vinculada a pilas de documentos, carpetas llenas de tickets descoloridos y facturas impresas archivadas por año, mes y cliente. Este modelo, aunque funcional, resultaba limitado, propenso a errores humanos y muy costoso en tiempo.

La digitalización de estos documentos representa un cambio cultural. Se trata de dejar atrás la dependencia del papel para dar paso a herramientas que permiten escanear, reconocer, clasificar y almacenar información de manera segura, accesible y mucho más eficiente.

Pero más allá del ahorro en espacio físico o del impacto ecológico positivo, lo relevante es lo que esta transformación permite: que las personas que trabajan en estos despachos puedan dedicar más tiempo a tareas de análisis, asesoría y planificación, en lugar de pasarse horas buscando un comprobante entre montañas de archivos.

Automatización: cuando la tecnología se convierte en aliada  

Uno de los grandes avances que acompañan a la digitalización de documentos es la automatización. Hoy existen soluciones que no solo permiten capturar facturas o tickets desde múltiples canales (correo electrónico, escáneres, aplicaciones móviles), sino también procesar la información que contienen.

Gracias a tecnologías como el OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres), es posible extraer datos clave de los documentos como fecha, proveedor, importe, número de folio y organizarlos automáticamente en el sistema contable. Este tipo de herramientas también pueden validar los datos, detectar duplicados o errores y, en muchos casos, incluso certificar los documentos de acuerdo a los requisitos fiscales vigentes.

La consecuencia directa es una notable reducción de errores, una aceleración en los procesos y una mejor capacidad de respuesta ante auditorías o requerimientos fiscales.

¿Qué gana un despacho contable al digitalizar sus facturas?  

Mucho más que eficiencia. La digitalización y automatización de documentos contables abre la puerta a una serie de beneficios que transforman completamente la operación y el valor del despacho:

  • Productividad: El tiempo que antes se destinaba a tareas repetitivas y manuales ahora puede enfocarse en actividades estratégicas.
  • Competitividad: Un despacho que trabaja con herramientas digitales puede ofrecer un servicio más ágil, seguro y actualizado, ganando ventaja frente a quienes aún operan bajo esquemas tradicionales.
  • Escalabilidad: Cuando el flujo de trabajo está digitalizado, es más fácil crecer sin que ello implique contratar más personal o aumentar el espacio físico.
  • Seguridad: Los documentos digitalizados pueden resguardarse en la nube con sistemas de acceso controlado, copias de seguridad automáticas y cifrado de datos.
  • Trazabilidad: Con cada factura y ticket registrado digitalmente, es posible rastrear fácilmente su origen, validación, uso y estado actual.

En un mundo donde las decisiones deben tomarse rápido y basadas en datos, contar con información confiable y accesible al instante se convierte en una ventaja irremplazable.

¿Y el cliente? También se transforma  

No podemos hablar de transformación digital en despachos contables sin mencionar el cambio de mentalidad del cliente. Quienes contratan servicios contables ya no esperan solo precisión en sus declaraciones; también buscan comodidad, visibilidad y acompañamiento.

Enviar fotos de tickets desde el móvil, cargar facturas a una plataforma o recibir reportes automáticos sobre sus movimientos financieros son prácticas que hoy muchos clientes valoran enormemente. Por ello, los despachos que ofrecen estas facilidades fortalecen su relación con sus clientes, aumentan su fidelización y mejoran su reputación en el mercado.

Retos y aprendizajes en el camino digital  

La digitalización no está exenta de desafíos. Cambiar la forma de trabajar implica salir de la zona de confort, capacitar al equipo, repensar procesos y, muchas veces, invertir en tecnología. No todos los despachos están preparados para hacerlo de golpe, pero el camino puede y debe recorrerse poco a poco.

Un error común es pensar que basta con escanear documentos y almacenarlos en una carpeta. La verdadera digitalización implica integrar flujos de trabajo, establecer protocolos de validación, asegurar el cumplimiento normativo y acompañar el proceso con una estrategia de gestión del cambio.

Además, es importante elegir bien las herramientas. Hay soluciones en el mercado diseñadas específicamente para despachos contables, que contemplan las necesidades fiscales locales, la integración con sistemas ERP y el cumplimiento de estándares como la factura electrónica o la validación SAT (en el caso de México, por ejemplo).

El futuro ya está aquí  

Los despachos contables que ya han implementado la digitalización de facturas y tickets coinciden en algo: no hay vuelta atrás. Una vez que se prueba la eficiencia de un proceso automatizado, resulta impensable regresar al papel, al archivador, al ticket extraviado.

Y más aún, muchos descubren que este paso es solo el inicio de una evolución más amplia: hacia la analítica contable, el uso de dashboards inteligentes, la colaboración en línea con sus clientes, y la integración de inteligencia artificial para la toma de decisiones.

En un entorno donde la velocidad y la precisión son clave, digitalizar no solo es transformarse: es sobrevivir y avanzar.

Del cambio a la oportunidad  

La frase “digitaliza y certifica tus facturas” podría parecer solo un consejo técnico, pero es mucho más que eso: es una invitación a mirar el presente con honestidad y el futuro con ambición.

La transformación digital en los despachos contables es una realidad que está marcando la diferencia entre los que se mantienen en el mercado y los que lideran su evolución. No se trata únicamente de adoptar tecnología, sino de entender que detrás de cada avance hay una mejora humana: menos estrés, menos tareas repetitivas, más tiempo para pensar, planear, asesorar.

Y si aún no has iniciado este proceso, quizás sea hora de preguntarte: ¿cómo quiero que me vean mis clientes en un año? ¿Como un despacho que se quedó en lo conocido o como uno que supo dar el paso hacia el futuro?Empieza hoy. Porque el futuro de los despachos contables ya no es digital. Ya es presente.