Lo que hasta hace poco parecía una normativa “más” está a punto de convertirse en una realidad con consecuencias tangibles. La Ley Antifraude y la implantación obligatoria del sistema Verifactu* ya no son temas lejanos. Están aquí, afectan directamente a empresas, autónomos, asesorías… y su incumplimiento puede salir muy caro. Literalmente.
Hoy más que nunca, es momento de revisar tus sistemas de facturación, preguntarte si cumplen con lo que exige Hacienda y tomar medidas antes de que el tiempo y las sanciones te pasen factura. Porque esto no va solo de actualizar un programa o subir un archivo XML: va de garantizar que tu negocio esté preparado para el control digital del futuro inmediato.
Y aunque herramientas como freeme —que tendrá integrado Verifactu*— pueden ayudarte, es importante entender que no son la solución completa: freeme no es un software contable, sino un sistema de gestión. Por lo tanto, aunque uses freeme, debes seguir contando con tu software contable y asegurarte de que ambas soluciones cumplen con la ley.
Desde ya, lo mínimo es una alerta: homologa tus facturas. Porque si no lo haces, esto es lo que se te viene encima.
¿Qué está cambiando exactamente?
La Ley 11/2021, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, introduce un nuevo marco técnico para el proceso de facturación. Lo más relevante es que todos los sistemas informáticos de facturación deberán cumplir una serie de requisitos técnicos, orientados a evitar manipulaciones de datos y garantizar la trazabilidad de cada factura.
El corazón de este modelo es Verifactu*, un sistema que permitirá a los programas de facturación enviar las facturas directamente a la Agencia Tributaria, en tiempo real o de forma automatizada. Aunque esta conexión será voluntaria inicialmente, el uso de sistemas que generen facturas verificables, íntegras e inalterables será obligatorio a partir de enero de 2026.
Esto implica que cualquier software o plataforma que permita emitir facturas (incluso si no es un sistema contable como tal) debe estar adaptado a la ley. No se trata solo de contables: los sistemas de gestión, como freeme, también deben ajustarse.
Las cifras que nadie quiere ignorar
Vamos a hablar claro. Aquí no hay margen para el “ya lo veré”. Porque no cumplir con la Ley Antifraude no es gratis. De hecho, es sorprendente cuántas asesorías, empresas y autónomos todavía no han hecho las cuentas.
Algunos números clave:
- Sanciones por no usar un sistema adaptado: desde 50.000 € por ejercicio fiscal para empresas, hasta 150.000 € en caso de reincidencia o resistencia a corregir irregularidades.
- Multas por manipular datos: hasta 1% de la cifra de negocio, si se detecta que el software permite alteraciones indebidas en facturas o libros contables.
- Inspecciones con más frecuencia: el uso de un sistema no homologado incrementa el riesgo de ser seleccionado para inspección fiscal.
- Pérdida de beneficios fiscales o subvenciones: en algunos sectores, el cumplimiento normativo es un requisito para acceder a ayudas, bonificaciones o contratos públicos.
Todo esto es real y no es exagerado. Lo que antes se podía “resolver” con una rectificación o un poco de suerte en una inspección, ahora se controla con sistemas automáticos. No hay margen de error.
“Pero si yo ya uso un programa…”
Ese pensamiento es más común de lo que parece. Muchos negocios creen estar cubiertos porque usan una app, un ERP o un programa “de confianza”. Pero la realidad es que no todo software es válido bajo la nueva ley. Aunque funcione bien, si no cumple los requisitos técnicos de la Agencia Tributaria —como la no alterabilidad de los registros o la generación de eventos de trazabilidad—, no sirve.
Incluso plataformas modernas y bien diseñadas deben adaptarse. Freeme, por ejemplo, tendrá implementado Verifactu*, lo cual facilitará el cumplimiento para quienes ya lo utilizan. Sin embargo, no sustituye al software de contabilidad, ni reemplaza el trabajo de una asesoría.
Freeme te puede ayudar a facturar conforme a los estándares exigidos por la ley, pero la declaración de impuestos, los libros contables y los informes financieros seguirán requiriendo otro sistema y la supervisión profesional adecuada.
Lo que puedes perder por no actuar a tiempo
Más allá de las cifras concretas de sanción, hay pérdidas más difíciles de cuantificar:
- Tiempo: cuanto más tardes en adaptarte, más costoso y precipitado será el cambio. ¿Migrar datos, capacitar personal, adaptar procesos… todo en diciembre de 2025?
- Credibilidad: si eres asesoría, un error en el cumplimiento puede dañar gravemente la confianza de tus clientes.
- Visibilidad financiera: usar sistemas no adaptados te impide tener una visión clara de tu situación fiscal. Y eso, en una era de datos en tiempo real, es quedarte atrás.
- Control del negocio: automatizar y estandarizar tu facturación también implica mejores decisiones, menos errores y más eficiencia. Ignorar esto es limitar tu crecimiento.
¿Y si empiezas por lo más básico?
La adaptación puede parecer un mundo. Pero empezar es mucho más simple de lo que piensas.
Aquí van algunos pasos realistas:
- Haz un inventario de tus herramientas: ¿Qué usas para facturar? ¿Quién lo usa? ¿Está certificado o en proceso de adaptación a Verifactu*?
- Consulta con tu asesoría o proveedor de software: Pregunta de forma directa si tu sistema se ajusta a la Ley Antifraude. No des nada por hecho.
- Explora soluciones como freeme si aún no usas ninguna herramienta moderna. Es una opción sencilla, que se prepara para cumplir con la normativa y que puede complementar bien tu software contable.
- Forma a quienes generan facturas: A veces el problema no es el sistema, sino cómo se usa. Entender qué no se puede hacer con una factura será clave.
- No esperes a diciembre de 2025: Planifica. Revisa. Migra con calma. Capacita sin prisas. Hazlo ahora, y tu tú futuro se lo agradecerá.
Un futuro con menos sorpresas
Este cambio legal puede vivirse como una amenaza o como una oportunidad. Cumplir no es solo evitar sanciones: es ordenar procesos, ganar transparencia y trabajar con más tranquilidad. El verdadero beneficio está en la previsión, en entender lo que viene y actuar con inteligencia.
Porque sí, puedes esperar. Pero cada semana que pasa sin revisar tu sistema, sin hablar con tu asesoría, sin tomar decisiones… te acerca más a pagar por no haber hecho nada.
Y eso es lo único que de verdad se puede evitar.
Conclusión: prevenir siempre será más rentable
La Ley Antifraude no es solo un cambio normativo, es una señal de hacia dónde va la relación entre tecnología, fiscalidad y gestión empresarial. Ignorarla no es una opción. Postergarla, tampoco.
Homologa tus facturas. Comprueba que tu software cumple. Habla con quien te asesora. Toma decisiones con cabeza. Y si todavía no tienes claro por dónde empezar, hazlo simple: busca soluciones que se estén preparando (como freeme), mantén tu software contable actualizado y haz de la adaptación una ventaja, no una urgencia.
Porque lo que se viene encima no es el fin del mundo. Pero puede ser el fin de tu tranquilidad si no haces nada al respecto.