La entrada en vigor de la Ley Antifraude y la obligatoriedad de usar sistemas que se adapten al nuevo modelo de facturación está cada vez más cerca. A partir de julio de 2026, todas las empresas y personas autónomas deberán facturar conforme a los criterios técnicos establecidos por la Agencia Tributaria. El mensaje puede sonar contundente, pero la buena noticia es esta: todavía estás a tiempo.
De hecho, si estás leyendo esto, ya estás un paso por delante de quienes siguen posponiendo el tema. Este no es el típico cambio burocrático que puedes dejar para el último momento. Es una transformación que te obliga a revisar herramientas, procesos y hábitos. Pero también es una oportunidad. Una invitación a poner orden, a dejar atrás las soluciones improvisadas, y a construir una base más sólida para tu negocio.
Y sí, quizás te suene técnico o lejano, pero lo primero que deberías tener claro es esto: digitaliza y certifica tus facturas. A partir de ahí, el resto empieza a encajar.
¿Qué exige exactamente la Ley Antifraude?
La Ley 11/2021 obliga a que todo sistema informático que genere facturas asegure tres cosas fundamentales:
- Integridad: que las facturas no puedan ser alteradas tras su emisión.
- Trazabilidad: que cada acción (emisión, anulación, modificación) quede registrada.
- Accesibilidad: que, si se requiere, la Agencia Tributaria pueda recibir esa información en tiempo real mediante el sistema Verifactu*.
Esto no quiere decir que debas enviar tus facturas una a una a Hacienda, pero sí implica que el sistema que uses debe estar técnicamente preparado para hacerlo si decides activarlo. Y lo más importante: debe estar certificado como “software veraz” por cumplir con los requisitos del reglamento que, en breve, dejará de ser un borrador.
¿Qué tipo de software necesita tu empresa?
Aquí es donde empiezan las dudas. Muchos negocios piensan: “yo ya tengo un programa de facturación, estoy cubierto”. Pero la realidad es que no todos los sistemas actuales cumplen con lo que exige la ley. Es más, algunos ni siquiera están en proceso de adaptarse.
Es importante entender que, aunque uses un sistema que funcione bien a nivel operativo, si no está homologado, no será válido legalmente cuando llegue la fecha límite.
Y ojo: no se trata solo de los programas contables. Cualquier sistema que emita facturas un ERP, una app de gestión, incluso herramientas de facturación online deberá cumplir la norma si se utiliza con ese fin. Esto ha confundido a muchas empresas, que creen que mientras tengan al día su contabilidad, ya están cubiertas.
La clave es esta: si generas facturas desde cualquier herramienta digital, esa herramienta debe ser conforme a la Ley Antifraude.
¿Qué pasa si no cumples?
El incumplimiento no es simbólico. Las sanciones van desde los 50.000 € por ejercicio para quienes utilicen un software no autorizado, hasta penalizaciones más graves si se detectan prácticas que permitan la alteración de datos o doble contabilidad.
Pero más allá de las sanciones, hay otras consecuencias prácticas:
- Tus facturas podrían no ser válidas fiscalmente.
- Podrías ver rechazada una devolución de IVA.
- Tus libros contables podrían considerarse incorrectos.
- Perderías acceso a ciertos programas de ayuda o beneficios fiscales.
- Entrarías en el radar de la Agencia Tributaria como contribuyente de riesgo.
Y todo esto puede evitarse simplemente tomando medidas ahora. No se trata de reinventar tu empresa, sino de asegurarte de que cada paso en tu proceso de facturación sea legal, seguro y verificable.
No se trata de correr, sino de empezar con calma
Uno de los errores más comunes es pensar que cumplir con esta ley requiere cambiarlo todo de golpe. En realidad, lo más recomendable es hacer una revisión gradual:
- Evalúa tu sistema actual: ¿Desde dónde estás facturando? ¿Permite trazabilidad? ¿Evita modificaciones?
- Consulta con tu proveedor de software: Pregunta si están trabajando para cumplir con la ley. Pide fechas.
- Habla con tu asesoría: Ellos no solo deben saber lo que está cambiando, también necesitan adaptarse a los nuevos formatos.
- Crea un plan de adaptación: No necesitas migrar hoy, pero sí saber qué harás y cuándo lo harás.
- Forma al equipo: Si alguien en tu empresa emite facturas, debe saber cómo hacerlo de forma correcta según la nueva normativa.
Una nueva cultura de cumplimiento
Más allá del aspecto técnico, la Ley Antifraude introduce algo más profundo: una nueva forma de relacionarse con la gestión fiscal. No se trata solo de evitar sanciones, sino de adoptar un modelo de trabajo más ordenado, más automatizado y más transparente.
Digitalizar no es solo pasar de papel a PDF. Es integrar herramientas, eliminar pasos innecesarios, dejar de depender de procesos manuales y contar con datos en tiempo real para tomar decisiones.
Certificar tus facturas tampoco es solo cumplir con Hacienda. Es asegurar que todo lo que haces está alineado con una visión profesional de tu negocio, que te da tranquilidad y confianza.
Y eso, más allá de cualquier ley, siempre será una buena decisión.
Casos reales: lo que ya está pasando
Aunque la ley aún no es obligatoria para las empresas hasta 2026, muchas ya han empezado a moverse. No solo para evitar sanciones, sino porque han entendido que este cambio les ayuda a simplificar, detectar errores antes de que ocurran y tener una visión más clara de su actividad.
Empresas que antes dependían de varias hojas de Excel han pasado a sistemas centralizados. Asesorías que sufrían con información desordenada han comenzado a exigir herramientas compatibles. Y autónomos que vivían con miedo al cierre trimestral, ahora tienen procesos automáticos que les permiten centrarse en su trabajo, no en el papeleo.
No hay que esperar a que todo sea obligatorio para empezar a notar los beneficios.
Conclusión: aún estás a tiempo, pero el momento es ahora
Cumplir con la Ley Antifraude no es opcional. Pero la forma en que te adaptas sí lo es. Puedes hacerlo con prisas y estrés en 2026. O puedes empezar hoy, poco a poco, tomando decisiones informadas, hablando con tu asesoría, eligiendo las herramientas adecuadas y transformando tu forma de facturar con calma.
La digitalización ya no es una tendencia: es una necesidad. Y certificar tus facturas no es una carga, sino una oportunidad para construir procesos sólidos, seguros y alineados con lo que viene.
Porque sí: tu empresa aún puede cumplir a tiempo con la Ley Antifraude. Y si lo haces bien, no solo cumplirás. Te adelantarás.