Veri*factu será obligatorio: ¿Estás preparado para la Ley Antifraude?

Estás preparado para la Ley Antifraude

En enero de 2026, todas las miradas del ecosistema fiscal y empresarial estarán puestas en una sola palabra: Veri*factu. Aunque suena técnico, su impacto será muy real y cercano para quienes facturan, asesoran o gestionan actividades económicas. La implementación obligatoria de este sistema forma parte de la lucha contra el fraude fiscal en España y exige una preparación activa, no solo por parte de las empresas, sino también de las asesorías que las acompañan.

En este nuevo escenario, el primer paso es comprender la urgencia de actuar. Si aún no te has detenido a revisar cómo se generan y transmiten tus facturas, este es el momento. Porque más allá del cumplimiento, hay una verdad simple: digitaliza y certifica tus facturas… o prepárate para enfrentar complicaciones que podrían haberse evitado con tiempo y guía.

¿Qué es exactamente Verifactu* y por qué cambia tanto las reglas?  

El sistema Verifactu* es una iniciativa de la Agencia Tributaria que establece cómo deben generarse, estructurarse y compartirse las facturas electrónicas para garantizar que no puedan ser manipuladas. No se trata de enviar más documentación, sino de emitir cada factura desde un sistema que garantice su integridad y trazabilidad desde el origen.

En otras palabras: Verifactu* no es solo una conexión con Hacienda. Es una forma completamente nueva de concebir el proceso de facturación, en la que cada sistema que la genera debe estar certificado, y cada factura, asegurada contra cualquier alteración o eliminación posterior.

Lo que antes podía “arreglarse al cierre del trimestre”, ahora debe estar correcto desde el primer clic.

¿A quién afecta realmente esta nueva obligación?  

Aunque el término Verifactu* suene lejano para quienes no están al día con la normativa fiscal, su impacto es directo y claro para:

  • Personas autónomas que emiten facturas desde herramientas digitales.
  • Empresas, sin importar su tamaño, que usan software de gestión o facturación.
  • Asesorías fiscales, contables o laborales que apoyan a otras personas o negocios.
  • Proveedores de software de gestión o contabilidad.

Una idea errónea muy común es pensar que esta obligación aplica solo a los programas de contabilidad. Pero no: todo software que emita facturas —aunque no haga cálculos contables— debe estar adaptado a la Ley Antifraude.

Por ejemplo, freeme, una solución cada vez más popular entre autónomos y pequeñas empresas, al ser un programa de gestión, también debe cumplir con esta ley. Y aunque aún no está activa su funcionalidad con Verifactu*, está previsto que se incorpore. Eso sí: como freeme no es un software contable, sus usuarios seguirán necesitando uno para presentar impuestos o gestionar balances.

No es solo un cambio técnico: es una nueva cultura de cumplimiento  

Este cambio normativo no va solo de tecnología. Va de cultura. Durante años, muchas personas emprendedoras, pymes e incluso asesorías han confiado en “soluciones intermedias”: programas sencillos, hojas de Excel, herramientas improvisadas. Pero ese margen se termina.

Con la llegada de Verifactu*, el cumplimiento fiscal empieza desde el primer dato que introduces al crear una factura. Y eso implica desarrollar una nueva relación con la tecnología, más consciente, más rigurosa y, sí, también más eficiente.

¿Qué significa “estar preparado”? Más allá del software

Prepararse para la Ley Antifraude va más allá de instalar un programa nuevo. Significa:

  • Revisar cómo se están generando actualmente las facturas.
    ¿Es un sistema compatible con la nueva normativa? ¿Puede conectarse con Verifactu*? ¿Garantiza integridad de datos?
  • Formar a las personas implicadas en el proceso.
    Muchas veces, el problema no es el software, sino que quien lo usa no conoce los riesgos de modificar facturas o saltarse pasos que afectan la trazabilidad.
  • Tener claro que ninguna app lo resuelve todo.
    Herramientas como freeme serán una gran ayuda, pero deben usarse en conjunto con un software contable y, sobre todo, con el acompañamiento de una asesoría que sepa leer entre líneas.
  • Adoptar un enfoque proactivo.
    Esperar a que la ley “se imponga” o que el proveedor de software “haga lo necesario” es una apuesta peligrosa. Las personas responsables del negocio deben liderar el proceso de cambio.

Freeme: un aliado en evolución  

Freeme es una de esas herramientas que nacen con el foco puesto en hacer la gestión más fácil para quienes trabajan por cuenta propia o tienen un pequeño equipo. Con una interfaz clara, sin complicaciones técnicas y con vocación de cercanía, promete ayudar a muchas personas usuarias a cumplir con la normativa de forma sencilla.

Eso sí: no lo confundas con un software contable. Freeme no sustituye la contabilidad oficial, ni genera declaraciones, ni reemplaza el trabajo de una asesoría. Pero puede ser una gran herramienta para quienes necesitan emitir facturas compatibles con la normativa y mantener su operativa diaria bajo control.

Y aunque aún no ha lanzado su integración con Verifactu*, está prevista su implementación, lo que lo convierte en una opción a tener en el radar si estás buscando digitalizar procesos de forma gradual y consciente.

Humanizar el proceso: una necesidad olvidada  

Uno de los grandes desafíos de esta transformación es la brecha emocional y tecnológica que existe entre la norma y la persona que la vive. Hay autónomos que no saben qué es un certificado digital. Empresas familiares que siguen usando papel para todo. Personas que trabajan desde casa y apenas tienen tiempo para revisar correos, mucho menos boletines del BOE.

Por eso, preparar a tus clientes o a tu propio equipo para Verifactu* implica también ser empático: traducir lo técnico a lenguaje humano, acompañar sin imponer, ofrecer soluciones sin generar miedo.

Porque el cumplimiento no debería sentirse como una amenaza, sino como una forma de trabajar más limpia, más previsible… y mucho más profesional.

Enero de 2026: más cerca de lo que parece  

Faltan meses, sí. Pero en términos de implementación, integración de sistemas, formación interna y transición cultural… el tiempo vuela. Y más cuando lo urgente suele comerse a lo importante.

No se trata de correr, pero sí de empezar. Reunirte con tu asesoría. Revisar el sistema que usas. Preguntar si tu software actual está certificado o en proceso de estarlo. Explorar opciones como freeme si estás empezando desde cero. Y sobre todo, asumir que este cambio es inevitable… y puede ser positivo.

Conclusión: cumplir con la Ley Antifraude es más que una obligación  

Verifactu será obligatorio, sí. Pero cumplir no debería vivirse solo como un deber. Puede ser el punto de partida para construir procesos más claros, relaciones más transparentes y una estructura más sólida para cualquier actividad económica.

No se trata de volverse experta o experto en normativa fiscal. Se trata de digitalizar y certificar tus facturas con criterio, con acompañamiento y con la tranquilidad de que estás haciendo las cosas bien.

La tecnología es solo una herramienta. La diferencia la hace cómo la usamos… y con quién nos apoyamos en el camino.