La modalidad de declaración conjunta IRPF puede llegar a ser enormemente ventajosa. Sin embargo, también puede ser perjudicial. Todo depende del caso concreto de que se trate. Siendo esto así, resulta enormemente importante contar con la información suficiente como para poder tomar la decisión más conveniente. A lo largo de este artículo intentaremos explicarte los puntos clave.
¿En qué se diferencia la declaración conjunta de la individual?
A la hora de realizar la declaración de la renta y en el caso en el que se esté casado o se tenga pareja de hecho inscrita en el registro, puede optarse por dos caminos diferentes:
- La declaración individual: Aquella que se presenta a nombre de uno solo de los cónyuges, de manera que tan solo se recogen sus ingresos y cambios patrimoniales, sin tener en cuenta el hecho de que cuente o no con pareja.
- La declaración conjunta: Aquella que se presenta a nombre de ambos cónyuges pero en un único documento y con un único pago. Según los casos, puede tener cierta bonificación al compensar la progresividad del impuesto al que existiría sometimiento si se presentasen dos declaraciones individuales por separado.
¿Cuándo conviene llevar a cabo la declaración conjunta de IRPF?
Comprendidas ya las dos modalidades, podemos desarrollarte aquí los tres casos esenciales en los que compensa realizar la declaración conjuntamente:
Si solo uno de los dos cónyuges trabaja
Si tan solo uno de los miembros de la pareja trabaja, no hay ninguna duda: es mucho más recomendable presentar la renta de forma conjunta.
La razón se encuentra en que, si se realiza de forma conjunta, se aplica una reducción de 3400 euros, existiendo el doble de ahorro que si se presentase de forma separada.
Es decir, cada uno de los cónyuges, por separado, tiene derecho a cierta bonificación. Esta bonificación queda sin utilizar en el supuesto en el que uno de los miembros de la pareja no trabaje. Ahora bien, si la renta se presenta de forma conjunta, las dos bonificaciones se suman y aplican directamente a las rentas generadas por el único de los miembros que genera ingresos
Si, trabajando los dos, uno de ellos no supera los límites
Este supuesto es similar al anterior. De nuevo se trata de sacar el máximo partido a la bonificación de 3400 euros que existe si la renta se presenta de forma conjunta. Esto puede hacerse si, en el caso en el que ambos miembros de la pareja generen ingresos, uno de ellos lo hace por debajo de ciertos mínimos.
Este supuesto es algo más complicado, eso sí, pues los límites dependen de diversos aspectos, por lo que lo ideal es consultar a un experto que sepa proporcionar la información requerida en cada caso particular.
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Si ambos cónyuges invierten
Cuando se presenta el IRPF de manera conjunta, las inversiones que los cónyuges han hecho separadamente pasan a comprenderse de forma unitaria. Esto da lugar a que pérdidas y ganancias se compensen entre ellas.
Es decir, si uno de los cónyuges, a lo largo del año, ha invertido dinero generando un aumento patrimonial, mientras que el otro ha sufrido pérdidas como consecuencia de malas inversiones, las ganancias de uno se compensan con las pérdidas del otro.
Esto da como resultado la obligatoriedad de pagar menos impuestos (pues puede pasar a tributarse en un tramo inferior) o bien a no pagar ninguno (en el caso en el que el cómputo total final sea negativo).
En conclusión, presentar la declaración de una u otra manera depende de la casuística de que se trate. Siendo esto así, existen posibilidades de error y, por lo tanto, de pérdida económica. Ante este hecho, siempre será recomendable hacer uso de una aplicación autónomos y profesionales que, al contar con conocimientos especializados y experiencia, sepan recomendarte el mejor camino a seguir.